Me gustaría
dedicarle unas palabras a los andaluces y mi proyecto de Andalucía.
Ya no puedo
más, echo de menos el futuro de Andalucía, lo echo de menos con el mayor de los
orgullos y confianza, porque sé que llegará.
Llegará el
día en que valoremos el campo, tanto, que dejaremos de utilizarlo como moneda.
Llegará el
día en que los padres prefieran estar con sus hijos, a seguir trabajando como
esclavos, neoesclavos si lo preferís, ese día en el que la gente dejará de
pensar en amasar dinero para cambiar sus necesidades por otras más caras, y
empezará a pensar en como eliminarlas.
Por favor
dejad de ser Esclavos del NO OCIO impuesto por los excesos de una impune
minoría.
También
llegará el día en el que los andaluces estaremos orgullosos de Andalucía más
allá de los insultos de pueblos vecinos, insultos que por otra parte ni nos
representan ni representan a esos pueblos.
Llegará el
día en que nos daremos cuenta que después de 150 millones de años, la personas
hemos vivido, crecido y evolucionado sin mercado y sin sistemas financieros, y
que la ausencia de estos no nos destruye, sino que nos une. Porque la ambición
suele beneficiar a una minoría tirana que poco tiene que ver con ser feliz y
vivir plenos.
Sigue sin
ser justo que ciudadano del mundo que llegue se quede y que el andaluz se vaya,
pues a día de hoy sigue habiendo sitio para los dos, y llegará el día en el que
seamos conscientes de que la sierra es más que una sierra para esquiar, que el
mar es más que un mar para turistear y el que campo es más que un terreno para
especular.
Si te paras
un minuto sabrás que Andalucía, tiene, produce y producirá todo lo que necesita
y más, y que nada más que darnos cuenta es lo que necesitamos, porque la
fertilidad de sus tierras, la biodiversidad de sus mares y la luz, no las
concede el banco.
Espero que
llegue y pronto el día en el que el andaluz deje de repetir la broma de presentarse
como flojo y gracioso, porque hay muchos sitios donde no tienen sentido del
humor y se lo creen, y que ser capaz de saber vivir en armonía y con alegría no
nos ha eximido de levantar imperios de esplendor, sea en nuestro territorio o
donde el andaluz fuera. A ver si pronto empezamos a repetir que además de
trabajar duro, nos saltamos el sueño para ser felices, compartir como en una
fiesta la vida y volver a trabajar duro, porque celebrar en mi frontera nunca
ha sido delegar.
Estoy seguro
de que pronto también empezará a importarnos más el arte y la cultura, y menos
el fútbol y el sensacionalismo y podremos enseñar a los territorios menos
creativos, que el carácter importa y mucho, a la hora de ser agraciados y
productivos.
Andaluces,
por favor no seguid permitiendo que os roben la compañía deseada, tened
libertad para elegir con quien vivir y exigir a los andaluces que se fueron que
vuelvan, que los echamos de menos y estamos dispuestos a perder la vida y
luchar por hacerles un hueco.
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