y se hace fuerte en el fervor de la masa, por boba e ignorante,
tanto se siente porque presiente que una vez más la realidad
saca lo peor de los tumultos y la ineptitud de los gestores
y aclaro que éstos, son versos que no conspiraciones.
El covid-19 escudriña las alacenas,
y nos invita por malas o por la buenas
a un radical acto de amor propio,
que se viste de acopio con higiénicos abalorios para hacernos olvidar,
que en esto de la salud, todo el mundo no es igual...
La pandemia, nos la adornan con hiperbólicas blasfemias
para incendiaria hacer nuestra razón, y sin catalizador,
ni acción ministerial, nos ofrecen por exceso los medios, una profesional desinformación con gran defecto de utilidad.
"A-formando" a los aguerridos tertulianos de bares y redes sociales, para un brillantemente estrepitoso intercambio de opiniones.
Estoy de acuerdo, hay que ser responsable y toca cobijo.
Aunque huela a altas esferas o premeditado desbalijo
de libertades.
Quizás no soy yo y el que habla es el escarmiento,
de sufrir experimentos
de tanto control social...
Ahora el uso que hagas de la escena también te compromete y te hace responsable,
por favor, guarda el sable
pues ni el miedo, ni el racismo,
ni otros muchos feos ismos
te debieran servir para izar otros manidos argumentos
que no tienen mucho que ver con un virus.
Sabemos que en España la coronas son de quedarse,
y si decides usar a este nuestro ya tan arraigado coronavirus, para contagiar tu intolerancia,
es que te pueden las ansias,
y te falta foco.
¿O acaso estamos locos?
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