Aquí estoy por no hacer el gesto de irme,
por si me entran ganas de quedarme,
que aunque de verdad no las tengo,
las espero.
Con gestos mediocres, que aspiran a correctos,
con el alma diluida al 60% y una cordialidad apática,
teñida de imprecisas inter-prestaciones de malos modos.
Con presentaciones pendientes, y reflexiones constantes,
con silencio viandante y sensato proceder,
sin leer más que lo no dicho y esperando oír silencio.
Me salva el carácter, airadamente curioso y observador,
y las ayudas mínimas. Mal visto por unos,
alabado por otros, pues siempre han habido bandos.
Inspirado en recoger los mínimos detalles,
para construir acuerdos culturales
y pintar destellos de cordura.
Demandando gris al ébano y a la sal,
sin perder el verde bajo guía.
Aquí sigo, cantando bajito
y escribiendo en voz alta susurros en html,
presopensador por circustancias circunspecto.
Añorando fuegos lentos, guisos y nanas,
guiños y sopas bobas, con la sensación de un largo paréntesis
que una vez abierto volverá a ser lo que fue,
Aquí sigo porque no veo el signo que delimite lo ideal,
y queda aguardar hasta que reparen el faro,
o hasta que muden el acantilado
Ilusionado en que quizás el ikea preste sus instrucciones
y su carriles para recorrer la vida y que lo fabrique todo
con elementos falsamente reciclados.
Aquí sigue el anciano frente a la obra,
rompiendo mallas y el calendario,
en sorprendente equilibrio.
Autodeterminado a facer lo propio,
desechando lo falto por etiquetar de lo mejor,
y dispuesto a defender el desecho.
Aquí sigo porque quiero,
porque quiero seguir aquí,
hasta saber donde estoy.
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