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miércoles, 29 de junio de 2016

Información a distancia, la vida de cerca.

Atacamos en directo
y nos disculpamos a través del móvil, ese podrías ser un buen resumen.

Ya hemos elegido que preferimos estar atravesados por ondas
a evitar el cáncer y renunciar al WIFI.

Vivimos inmersos en la lejanía, orgullosos de disfrutar de la información a distancia, pero pocas veces buscamos la fuente, se ve que no tenemos sed, o quizás todo se debe a la falta de interés por la veracidad, la falta de tiempo, o el afán de un titular viral.

A los que nos gustan las distancias cortas, también nos obligan a vivir así, no tenemos más remedio que actualizarnos o desaparecer, adaptarnos o quedar olvidados para siempre en la realidad insignificante del uno contra uno, de un café sin móviles, sin selfies y sin agregar la ubicación.

Y la verdad es que aunque es mucho más sencillo quejarse en twitter que manifestarse, no sirve igual, no es lo mismo terminar de eliminar a alguien del Facebook que de tu vida y mucho menos justificar tus errores luciendo tipo en Instagram que hablarlo en un sofá.

La conciencia, eso sí, de bien cerca está más limpia que nunca gracias a change.org y la fanpage de GreenPeace.

Puedes comprar en amazon o aliexpress mientras te siguen subiendo el precio del pan, de la leche y de los huevos, o lo que es peor la cerveza. Comparar y comparar con algoritmos que deciden tus preferencias mientras cuentan de sus analíticas que conocen tus gustos mejor tu mismo.

Me temo que pronto un gestor de datos nos explicará con un lenguaje a caballo entre lo periodístico y la psudociencia a qué huelen los abrazos. Y dentro de nada empezaremos a pagar para ver conciertos a través de youtube, periscope o facebook live.

Sumido en la mayor de las incoherencias, sólo os pido un minuto a solas frente al espejo, desnudos de tecnología y embriagados de silencio.

Víctor Pérez Blanco, Community Manager.