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jueves, 31 de diciembre de 2015

Consejo para 2016

Aprovecha el tiempo.

Deja pasar lo que tengas que dejar y ponte a fondo a solucionar lo que verdaderamente quieres solucionar.

No pierdas ni un segundo, sólo te quedan 12 meses para disculparte por eso que aún no te dio tiempo, 2016 es tu año, deja de planteártelo, tampoco te sientas mal, el orgullo a veces demora la felicidad pero una disculpa a tiempo te libera para el resto de tu vida.

Empieza a justificar tu agenda contigo mismo como prioridad, tú eres tu tesoro más preciado, demuéstrate que vales, que te encantas, que te cuidas y que quieres estar mejor que nunca en este 2016, porque seguramente con esa actitud empieces a brillar, tanto incluso que ilumines a los que tengas más cerca.

Ni se te ocurra volver a hablar mal, no pierdas ni un instante en ser descortés, maleducado, ni un instante en hablar mal de nadie, no descuides las formas, no te dejes llevar ni por un mal humor, ni por las circunstancias, controlar tus emociones no significa negarlas, toma el control y di lo que tengas que decir, pero dilo bien. En 2016 no hay palabras que estén más altas que otras, si tu lo deseas hasta el mayor desacuerdo se puede afrontar con respeto

Haz deporte todos los días, olvídate de las escaleras mecánicas, ve andando hasta la tienda, y olvídate de fines estéticos, piensa en tu salud, cánsate bien para poder descansar mejor.

Aprende a valorar lo fundamental, olvida todo lo demás, necesitas pasear y conversar más, dos de las cosas gratis que solucionan la mayoría de tus problemas. 2016 puede ser un año de caminos y charlas muy enriquecedor.

Come mejor, y sobre todo cocínalo tu mismo, disfruta, aprende, inventa, y escucha a tu cuerpo. 

Busca palabras, ni videos ni imágenes, reivindica el lenguaje, los textos y la cultura y disfruta de la sensación única que produce el arte en tu cerebro.

Ve a conciertos, a salas de exposición, disfruta en directo del trabajo que otros artistas regalan para ti, es lo que te hace humano, es lo que te alimenta el alma.

Di verdades llenas de cariño a personas que sabes que las disfrutarán, el poder de las palabras es impresionante siempre que se elijan y se trabajen para construir.

Perdona, no olvides, pero perdona, sobrevive a la ira, dulcifica el rencor mutilándolo de la venganza, y deja estar lo que tiene que estar.

Hazlo, y deja de conformarte con pensar en cambiar. Cambia y vive como decidas que tu vida ha de ser.


Todo está en tu mano. 

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Feliz 2016 Rajoy.

Le deseo lo mejor para este 2016, porque seguramente si le va bien a usted me vaya bien a mí.

Le deseo que lo pase con su familia y la gente que le aprecia, sean el número que sea. Yo no podré disfrutar de la mayoría de ellos porque casi todos han tenido que emigrar, algunos inlcuso ya tienen hijos y familias fuera de su ciudad, de su país, incluso fuera del continente. Cosas que pasan.

Le deseo que no sigan haciendo montajes con sus errores, su dificultad al hablar otros idiomas o el español mismo, sus golpes, caidas y accidentes y le deseo que se libere pronto de las puñaladas traperas que intentan propinarles desde su propio partido.

Sé que usted es buena persona, y que probablemente la inconsciencia no es un delito, la falta de inocencia quizás sí pero eso le toca a otras instancias decidirlo. Por ello le deseo que jamás tenga que pasar necesidades ni faltas, sean de alimento, salud, cultura o cordura.

En mi entorno somos gente de pocos recursos pero con gran preparación y proyección profesional, ahora mismo no disponemos de medios para realizarnos como personas por eso le deseo que sus hijos y allegados jamás tengan que recurrir al favor ni al trueque para desempeñar el papel que deseen en la sociedad.

Todo eso está en su mano, ojalá se vaya pronto y empiece a disfrutar de la vida que desea, con su sueldo vitalicio y su merecido descanso, y con un poco de suerte que la España que deja, olvide pronto lo que está pasando o pasó, no se preocupe siempre lo hace.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La vida consiste en mantenernos cuerdos.

Así desde el 86 pasan los días.

La vida consiste en mantenernos cuerdos de eso soy consciente desde hace algún tiempo. Para esta labor elevo el tiempo a pensar sobre esas otras cosas olvidadas que componen el alma y podrían fabricar un futuro mejor, no para mí, sino para el hombre con la aspiración de no caer en la locura mala, no en la de los artistas y los genios, sino en esa locura vacía llena de inercia y de caminos con carga negativa que no conducen a nada.

Deambulo entre mis círculos que si bien gracias a mi esfuerzo personal y consciente siguen sin ser concéntricos, cada vez admito, merman y se hacen menos permeables. Parece algo casuístico al cumplir etapas vitales, o quizás tiene más que ver con la perspectiva de que lo mediocre, si conocido, parece ser menos mediocre.

Tanto merman, que algunos de mis círculos yacen inconexos entre sí, por falta de mediadores o alquimistas que enriquezcan las mezclas. Sólo se abren frente a la admiración y se refrescan por completo si el aire nuevo merece la pena.

Mis sueños evolucionan hacia una sostenible sencillez campesina con vehemente insistencia y se desdibujan entre el verde de la tierra y los preciosos colores de las estaciones, totalmente desataviados de burocracia, sistemas de crecimiento infinito y formas de esclavitud enfocadas en el sufrimiento de unos para el beneficio de otros.

Realmente sólo necesitamos cubrir nuestras necesidades fisiológicas en buena compañía a tiempo parcial. 

No importa cuántas veces sintáis que dentro del laberinto tenéis necesidades por cubrir, porque a lo único a lo que aspiráis es a tener nuevas necesidades, así os lo ha contado la propaganda, el cine o la revolución industrial pero: no es cierto. Podéis ser libres.

Ningún ascenso es comparable al de la montaña, es tan sincero que en lugar de cargarte de cosas innecesarias como el resto de los ascensos, te despoja de todo, te hace más liviano y contemplativamente más libre.

La verdad está en el campo. Es una idea que se repite en mi cabeza urbanita.

Sólo el campo legitima tu trabajo y tu esfuerzo con un fruto justo y el aliciente lo da la variable del tiempo. 

Mi cotidianidad se reestructura en hábitos más consistentes que de no ser por esta mala gestión del mundo estarían soportados por una exquisita compañía.

Tampoco paro de pensar en eso, en la compañía.

Imagino una gran parcela donde vivir en buena compañía, donde los amigos sean vecinos y las familias familia. Donde haya un huerto y una zona común para celebrar la vida y el trabajo juntos. Y muchas zonas privadas donde descansar, descansar los unos de los otros principalmente.

No sólo pienso en la compañía social, también en la emocional, en la personal y en la soledad.

Defiendo ese modelo obsoleto de complicidad y respeto donde la confianza pasa a un segundo plano. Donde no se diga no sin un argumento, una opción mejor y diferente. Defiendo ese espacio aislado lleno de barreras infranqueables para no dejar de ser tú, en pos de los dos. Ese modelo donde el cariño llega a tiempo, en dosis correctas y sin terapias de choque. De hecho es el único terreno donde creo que puede crecer el amor.

Mantenernos cuerdos no es más que aprender a diferenciar lo indispensable.

Esto implica dejar de acopiar lo demás en laberintos justificados con la excusa cultural de la evolución. 

Implica rescatar la simpleza de la suma y la resta para entender el equilibrio.

Para mantenerte cuerdo ahorra en malos momentos siempre que puedas, y ahorra en las personas que los propician y regalan, en pro de lo contrario.





viernes, 20 de noviembre de 2015

Cada letra una terapia

Cada letra una terapia
cada canción una herida,
un olor: la despedida
y cambiar las metas por propuestas. 
¿Falacia?

Los besos: semillas
germinan las almas
con el vapor de los alientos
a irrepetible momento.

Una verdad que cuida con mimo la cordura,
como si aspirásemos a algo más
que a la certeza de perderla.

Qué las luces sean ideas
y los ahorros de tiempo.

Pueril boicot,
querer renacer para sanar,
en vez de yacer en el saco
de las experiencias vividas.

Para sabia: la silla
donde me siento,
dónde compadezco a los versos
de su autoría.

La armonía si no es extrema no luce,
las yemas seducen disonantes
al mampostero del camino
y se mantiene perfecto el aparejo
en jardines de ladrillo.

Cada verso, un remanso de paz
frente a la escalera,
la cima se desmorona,
se acerca al estrato bajo la corona
para dejar de aspirar.

Asómate a la esquina.

Los roces que sean de piel,
y los derroches de cariño.



jueves, 19 de noviembre de 2015

El cariño

Cuando lo único que necesitas para que baje ese nudo de la garganta es cariño.

Todos nos hemos sentido así, perdidos, desprotegidos como un niño, no necesitando más que una caricia, un beso o un abrazo para hacernos fuertes y crecer.

El principal problema está en la receta, nadie sabe como se pide, se requiere o reclama el cariño. Sabemos pedir un café, sabemos solicitar una transacción internacional, o exigir atención a nuestra compañia de teléfonos, pero no sabemos pedir cariño.

Quizás sea porque cuanto más lo necesitamos menos lo merecemos como dijo Stevenson.

Entramos en esa espiral de miedo que a veces nos paraliza y hace de que la palabra SOCORRO, no nos salga del pecho en lugar de los labios.

Es cierto de que estamos durante tanto tiempo recibiéndolo sin explicaciones que cuando dejamos de tenerlo, quedamos mudos, apáticos, llenos de delirios internos que sólo apuntan, además torpemente, a que nos falta nuestra dosis.

Capaces de todo, nos endeudamos con cualquier fin y asfixiamos cada día olvidando que es el cariño la primera de las deudas a saldar.

Generamos muros infranqueables, barreras, fosos y campos de fuerza para convencernos de que no lo necesitamos, pensamos que el cariño es cosa de la infancia pero luego: una sonrisa y el roce de otra piel, destruye lo que parecemos saber y lo convierte un cuento del que queremos disfrutar cada noche.

Cuando no sepas como solucionar algo, empieza con el cariño, pon todo el que tengas y más, y entonces sentirás que da igual si lo solucionas o no.

Si te sientes solo en el camino, pide compañía, pide cariño, y recíbelo humildemente, aunque llegue tarde; nadie tenía porque estar atento a tus niveles... Tú permanece atento y rellénalo a menudo, te sentirás mejor, y no te olvides: también reparte.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

3ª Guerra Mundial, un poema de 2000 y una noches.

Pienso pasear,
entre bombas y propósitos,
pisaré lo que antes fue yerba seca
y con el alma vacía
llenaré de olor a muerte mis pulmones.

Pienso sonreir,
a los complices de las conspiraciones
mientras llenan sus arcas
con el negocio del siglo,
será verdad
que a la tercera va la vencida.

Pienso buscar,
sangre de otro color,
banderas sin dolor
y motivos para que si hay Dios,
permita nuestros juegos
y permita nuestro ego.

Pienso decir,
todo lo que pienso,
qué no tenéis razón,
ni se justifica este tormento
bajo ninguna condición, negocio o religión.

Víctor Pérez Blanco. Un ciudadano del mundo.


lunes, 9 de noviembre de 2015

La poesía, mi poesía, leer poesía.

La poesía es la manera de escuchar tu centro,
de dibujar tu alma y desdibujar tus formas
para asomarte adentro.

Es la masacre del olvido en público,
y un saludo a un viejo desconocido.

Un enredo de verdades en propiedad,
que desconoces en sociedad pero que vislumbras frente al espejo,.

Es la masturbación del alma,
por el placer del autoconocimiento.

Una terapia necesaria al alcance de todos,
un don de pocos.
Donde reflejarnos.

Libérate y escribe, y dí solo la verdad, obvia la queja.
dite la verdad.






jueves, 5 de noviembre de 2015

Las buenas personas

Ese concepto tan inmaculado, blanco, suave y mullido como el algodón:

- Las buenas personas.

Todo el mundo dice que escasean. Durante toda la historia del ser humano, se ha sostenido que cada vez quedan menos y que la decadencia en los valores que nos hacen verdaderamente humanos y diferentes de los animales, no tiene marcha atrás.

No creo en las buenas personas que no saben ser otra cosa, y mucho menos en las que no saben que lo son. 

Yo los llamaría inconscientes...

Ser buena persona es una decisión, y no está la altura de todo el mundo. Las personas, a veces ni siquiera pese a un elevado intelecto, escogen ser buenas. 

Hay que tener un gran altura de pensamiento para escoger la bondad a otras opciones como la comodidad, la supervivencia, o el desentendimiento.

También hay que tener un entrenamiento y alto grado de conciencia para no traspasar las barreras de la bondad hacia la autolesión, auto ninguneo y otras misiones vitales mal enfocadas.

Para mí no tiene ningún valor ser bueno porque no sabes ser malo, o porque te han adoctrinado de pequeño de tal manera que no sabes hacer el mal por ti mismo.

Todo tiene un valor, y el esfuerzo por decidir entre las opciones y escoger la más ética, forma parte del contraste necesario para distinguir una actitud de nobleza innata, de una actitud correcta.

En cualquier caso he de decir que disfruto y sufro de ser una buena persona. Y que también conozco a muchas otras buenas personas, de las "de verdad". De las que saben dejar de serlo y pese a ello se mantienen en el lado correcto por convicción.

Es muy de valorar, pues si hay algo que juega en contra de nuestro equipo es que la capacidad de contaminar personas para que sean malas, es infinitamente superior a la capacidad de contaminar personas para que decidan ser buenas.

Os admiro, me encanta de verdad teneros en el mismo bando.


miércoles, 28 de octubre de 2015

La necesidad de definirte, no la comparto.

No comparto esa necesidad que tienes de definirte con tus pequeñas extensiones de piel artificial. Entiendo que a veces desde tu batida de inseguridades, agitadas a golpe de publicidad, necesites, desde mi punto de vista: crees que necesitas o te han hecho necesitar, un Iphone, un Mountain de alta gama, una Kawasaki de más potencia, una bici Orbea o Alpine, beber Colacao, Cocacola y Puerto de Indias bebida de cine y si es posible cuanto más lejos viajar...

No es que no lo comparta para hacerte sentir mal, no te critico, con un pseudorespeto lo tolero, sólo no lo comparto y a veces por vehemencia lo exagero.

Si te hace sentir mal que te lo diga, disculpa, pero creo que entonces estás más cerca mía de lo que crees, estás atrapado por tu oficio de guadarnés, guardando arneses que te fijan de forma segura a los bordados y símbolos de camisas y polos, aunque tranquilo, no estás solo. 

No me identifico con símbolos, y como alguna vez ya he comentado, tampoco con himnos, patrias y naciones. De hecho sólo si estoy borracho me toca los cojones, luego se me pasa.

Valoro la libertad, la lealtad y el respeto y suelo reírme en silencio, de los partidos y de los que toman en exceso partido, me río también de las fronteras, del racismo, de los sistemas sociopolíticos, de los que se definen con ellos. Me río mucho y muy a menudo por cosas absurdas. Me río de las preferencias estéticas asociadas a la profesionalidad, al nivel adquisitivo, la decencia y la honradez.

Me río de los cargos de confianza, de las elecciones a dedo, de tanto dinero y tantas ganas de cambiar la persona que antes estaba por ti mismo.

Mi barba no es fruto de ninguna moda o ideología si no de un ahorro de tiempo. Mi música no se mide por el valor de mi guitarra y evidentemente mucho menos por la calidad ni calidez de mi voz, no me esfuerzo en ser diferente ni alternativo y no necesito pantalones de rayas ni pañuelos con estampados étnicos, pulseras de cuero ni mantas de colores para ser incisivo.

¿Porqué no te identificas con la cultura? Quizás, más o menos a Mas, sea lo que le quede de razón.

Tampoco la elegancia es un fin en sí mismo, aunque reconozco el valor artístico de la picaresca combinatoria.

No hay problema si necesitas de esos símbolos, no estoy hablando de ti, sólo me estoy abriendo para que con un poco de suerte alcances a conocer un poco más de mí y aprendas hoy una palabra nueva, sin emblemas.

Hoy no necesito símbolos, ojalá mañana tu tampoco, porque yo ayer los necesité para darme cuenta de que hoy ya no. Adelántame.

Ya no uso anillos, aunque me he dado cuenta de que una pulsera me hace sentir la muñeca más bonita, a veces llevo alguna hasta que se rompe, luego las que no se rompen no me las suelo poner porque me canso de ellas y necesito echarlas de menos para alguna ocasión.

No es mi ropa lo que me define, sino más bien mi estado de ánimo, que ocasionalmente me viste de gala y de Gala quisiera que fueran mis palabras siempre.

A veces me disfrazo, sólo para camuflarme y poder observar más de cerca a esos que creen llevar su uniforme. Aprendo mucho de ellos y de mí y de que no nos unen lazos.

No comparto esa necesidad de definirte con las fotos de las terrazas que visitas, que son imágenes en vez de recuerdos, tampoco las fotos de tu reuniones para cambiar el mundo, que son imágenes en vez de soluciones, tampoco con las imágenes junto a tus ídolos, que son imágenes en vez admiración mutua.

No entiendo como puedes hacer participes a la fuerza de tus mejoras, tus errores, tus cambios de destino a voluntad, a tus personas cercanas y maltratarlos públicamente si no soplán con el mismo aire que tu engrasada veleta.

Sé que has perdonado alguna que otra falta de lealtad y lo valoro, pero revisa tus niveles porque quizás por no salirte de la zona de confort estas perdonando demasiado.

Siento que la inercia no es cambiante y aunque lo sea, no sirve para definirte.

Los proyectos no te definen, el esfuerzo que pones en realizarlos y lo que llevas en la mochila hasta firmarlo quizás sí.

No entiendo como en una realidad geográficamente tan cercana, encuentras creencias en la que creer, por el simple hecho de que no te gusta dejar de hacerlo, en vez de asumir el control.

¿Y esa intención de destacar? Explícame a que se debe. ¿Has probado a amar?

No te das cuenta que detrás de tu terapia escogida hay un problema por resolver, antes de estar capacitado para escoger.

Lo único que tienes que necesitar es la capacidad de cambiar de necesidad.

Asume tu lugar, y deja a un lado tus alteregos y empieza a trabajar, no hacerlo no te va a quitar el miedo a no terminar. 

Tu sentido de ridículo es demasiado arbitrario.

Yo prefiero las cosas verdes y frescas, hablemos de la fruta, una bebida, una persona o un chiste.

No creo en el sufrimiento infundado, pero sí en la disciplina de asumir el sufrimiento y volar por encima.

Esa necesidad de autodefinirte... 

No creo en lo consejos que recibo ni en las recetas hasta que no las cocino minuciosamente, no me gusta hablar por hablar si no es para reirme. No doy por hecho ni tengo fe en todo lo que leo o recibo. Pero estoy seguro de lo que escribo, en el momento en el que lo escribo.

Como ves me falta materia a la hora de definirme.

Me gusta escuchar para depués poder contestarte y si lo requieres opinar. Pero escuchar para responder es ignorar.

Aprendo mucho cada día y de cada día y soy consciente de que sé muy poco. Creo en la admiración como el mejor vínculo entre dos personas, creo en ella por encima del amor, la pasión, la amistad y honor.

Quizás por eso malográis vuestro yo con tal de generar admiración, cuando lo verdaderamente admirable es dormir tranquilo y poder sonreir frente al espejo, o el estanque.

Yo admiro al que exprime las herramientas que tiene, ha tenido o ha fabricado, y al que agota sus recursos de manera sostenible. Grandes ejemplos en heroes anónimos. Imprescindibles como los de Bienvenido.

Evidentemente tengo objetos materiales, algunos incluso de cierto valor. Pero no me defino por ellos. Vivo en el sistema en el que he nacido, he de asumirlo y directamente eso me facilita algunas incoherencias de serie, pero sinceramente jamás es el sistema que habría escogido, si en mi voluntad estuviera. Y no por esta inmersión forzosa dejo de estar desconforme, ni de disfrutar del buceo.

La necesidad de definirte no la comparto, pero quiero estar a tu lado.

lunes, 26 de octubre de 2015

Personas que pueden/ personas que quieren poder.

Hay personas que necesitan que alguien les diga que tienen un poder.

Viven con la inmadurez de los ancianos, esa que da creer que por haber vivido más tiempo, se tiene más derecho a albergar una mente cerrada.

Aspiran a ser, aspiran a destacar siendo y exigen desde su más absoluta normalidad una reputación especial.

A veces ni siquiera quieren poder, sólo quieren que alguien les diga que pueden. Necesitan sentir la aprobación de su capacidad, aunque esta capacidad sea un proyecto que no tienen intención de desarrollar.

Reivindican para sí, el carácter épico del cine de batalla. Pero son grandes críticos de ese cine. 

Se disfrazan con estética de antihéroes para convertirse el héroes del grupo de los "anti".

Creo, que la evidencia camina por encima de la fe. También creo que la fe evidentemente, por sí misma no ha conseguido nada. La fe si ha conseguido algo ha sido mediante las personas, porque la fe es voluntad y las personas el medio para hacerse realidad.

Yo soy de los que pienso que la voluntad y los hechos caminan por encima de los argumentos y tengo mis humildes recetas propias para según que males.
  • La confianza se cura con respeto.
  • La envidia con la humilde intención de aprender y emular.
  • La autopercepción mejora sin la generosidad ajena, aunque no se cura del todo.
  • La salud y la ingeniería, empíricamente, se curan con ciencia y con cultura.
  • El mal humor se cura compartiendo risas en buena compañia, sobre todo en 1.0 si es que se puede.
Tengo más recetas pero tampoco es cuestión de cocinar tanto... Me da pena incluso de que a veces cocino sólo porque ni los pinches se animan a probar...

Hay gente que tan obcecados en buscar su camino, dejan de lado los paseos.

Hay orígenes que son poco originales y debemos asumirlo, siguen funcionando, lo lejano sea en tiempo o en distancia no siempre es lo mejor.

Algunos proyectan el futuro argumentados en sus hechos pasados, y el día de hoy lo dejan para debatirlo, pelearlo, y retocarlo. Así pierden días y días, sin saber que pierden su futuro en cada presente.

Personas que quieren poder, y quieren el poder. Lo quieren para hacer como aquellos que lo han tenido, lo tienen y lo tendrán, 

Se despistan a diario y obvian lo que realmente pueden hacer. Pueden sonreir, bailar y contemplar, pueden elegir como afrontar lo que acontece, y tienen el poder de acontecer sobre los demás como un bálsamo, una distracción y un reclamo para seguir luchando.

Esa es la diferencia.

viernes, 9 de octubre de 2015

El poder de las palabras...

Todo cambia cuando le damos forma a una sensación, a un sentimiento, a un pensamiento. A veces, las palabras hacen y deshacen la realidad, y tienen más o menos poder según quien las enuncie, escriba o cohesione, y en qué tono.

No puedo decir que no importa lo que piensen de mí los demás, lo que si os puedo asegurar es que no todas las opiniones me importan lo mismo. Y aunque me importa lo que piensen algunas personas realmente tampoco me importa lo que digan....

Y es que pocas personas generan, articulan y unen palabras. La mayoría se limita a repetir lo que unos pocos enuncian y sólo algunos tienen la posibilidad de darle forma. Es como cuando somos niños, que repetimos lo que oímos, hasta que algo empieza a tener sentido. 

Los pensamientos son costumbres, a menudo viciadas, que se congelan en una idea que, interior o exteriormente, sólo se expresa de una forma determinada. Normalmente por falta de capacidad de expresión.

En ocasiones me gusta agitar las formas de esos pensamientos ajenos y aunque estén sujetos a opinión o sensaciones personales, a través de las palabras son capaces de descongelarse y si no cambiar de forma, por los menos lo hacen de estado.

... De ánimo.

Las palabras tienen un valor, que a veces no somos capaz de darle.

Cerca de la linea de meta no importa si puedes o no, pero basta que alguien te diga "Tú puedes" para que al menos te lo plantees y quieras y puedas poder.

Nunca digáis que no estáis bien, nunca digáis que estáis mal, sólo decid que no es vuestro mejor dia.

A los demás les digo lo que a mi mismo. Acumulo sacos de palabras, pensamientos y relatos y aunque preso de mis pensamientos, esas palabras me liberan si las enuncio con cariño.

No podemos elegir lo que nos llega, sí podemos elegir como tomárnoslo.

Basta con que yo lo enuncie para que te lo plantees, es algo que ya sabes, pero quizás necesitas que alguien te lo diga para darle el valor, el poder, el tiempo de maceración para crecer, para creer.

Expresaros y continuamente, haced el ejercicio de decir lo mismo de otra manera, os va a reportar grandes beneficios en vuestro "más al fondo".

Eso sí, expresaros con el cariño y la mesura del que está siendo filmado, y pensando que no podeís controlar a quién llegará ese video.

Os deseo buenas palabras.

sábado, 26 de septiembre de 2015

¿Qué es la locura?

Creo férreamente que:

Todos estamos locos, para mí la clave está en si tu locura contagia a los demás de felicidad o de preocupación.

Una locura puede generar un momento único, o un sufrimiento inigualable.

La locura es para el loco su lenguaje y su realidad.

Un momento inesperado.

De una manera romántica podemos hablar de esos locos, cuya mente se esconde en un laberinto de realidades, todas paralelas y llenas de certeza y de verdad inconexas entre sí. 

Una fuerza, un giro y una dirección inesperadas.

El alma quizás sea la siguiente dimensión que todo lo une, lo hila y atraviesa, quizás salga a flote a través de los estratos, y sea la única referencia perpendicular al asunto. Digamos que es escurridiza y no se deja esconder fácilmente, como el jabón o la ausencia del mismo.

Recorramos los laberintos en línea recta, atravesando los setos, de manera inesperada.

La locura hace a mucha gente común desgraciada y a mucha gente acomún especial. 

La locura hace tangibles algunos sueños que la cordura desconoce. A veces sí y aveces no, hace de catalizador entre las risas y una buena idea o entre un enigma y su solución.

Es una disolución de conciencia alterada por acertijos intransferibles, una vanidad desacertada o una escentricidad desacontecidamente mantenida en el tiempo.

¡Visitemos sinestesias antes de que nos vuelvan a cambiar los sentidos!

La locura puede ser una justificación de validez matemática para todo lo demás, es una interacción necesaria para poder ver todo lo que no es, todo lo que permanece oculto y es infinito.

La locura son algunas preocupaciones de muchos y el inmovilismo de todos.

Es de colores.

Culpable del desacuerdo entre los cuerdos y las cuerdas. La guerra y la falta de educación, respeto y humildad.

Cabalguemos entre el mal gusto y la susceptibilidad de manera inesperada.

La locura es una compañera incómoda de acomodar, pero merece la pena viajar con ella.

La locura es una de las principales características de lo locos. Lo digo para los despistados.

Los enamorados, soñadores, inventores, músicos y operarios de la construcción suelen tener altos los niveles.

La preparación biogenética de las cucarachas para sobrevivir es una locura desde luego.

El odio.

La locura es la sensación de entenderme cuando escribo. Bienvenido.

Las adicciones, son locuras tardías con mucha culpa de por medio.

Estoy en total disposición de hablar de locura, porque ella me ha dado permiso. Gracias a blogger también por facilitar la infraestructura.

Escuchar a Paco de Lucía.

Ponerle un nombre a un hijo que sirva de argumento a sus futuros compañeros de colegio para hacer humor fácil a bajo coste y esfuerzo, es una locura.

No sé, muchas cosas.

Hablar por hablar, sin importar los motivos y saltar de tema una y otra vez, repetir el mismo.

No estar dispuestos a sentirnos mal, por las cosas que hacemos mal.

Escribir una publicación por encima de sus posibilidades.

Nóminas de políticos, deportistas y aristócratas.

Burocracia.

No admitir las incoherencias propias, sobre todo las que vienen desde la pereza y el egoísmo.

También la venden en etiquetas.

No hacer deporte.

La locura es fácil de encontrar, en casi todos sus estadios y variantes, no importa la cultura, ni el carácter médico o social que tenga. 

Siempre reside en la mirada. A veces, de él que mira.

Feliz Carnaval.












viernes, 25 de septiembre de 2015

Cosas curiosas

Es curioso como la realidad de algunas personas termina en el borde de su mando a distancia. Su opinión, sus intereses y su cotidianidad se funden con sensacionalismos, anuncios y datos de audiencia. Y es muy curioso que no nos demos cuenta justo sobre las cosas que nos quejamos, están puestas ahí para que las veamos y nos quejemos luego en el bar, la peluquería, en la mesa o el trabajo.

Es curioso que sigamos asociando ideologías, nivel educativo y comportamiento cívico a vestimenta, acentos y abalorios.

Es curioso la cantidad de animalistas que gastan su dinero en comprar una mascota preciosa con pedigrí o animales exóticos que pese a no estar adaptados a la vida doméstica cumplen con determinados antojos, y siguen teniendo una concepción de sí mismos como animalistas porque se escandalizan con los maltratos expuestos a través de redes sociales, prensa y televisión, aunque ni adoptan mascotas, ni acogen animales menos "agraciados" ni colaboran con protectoras... o simplemente anteponen su deseo a la libertad de un animal en su hábitat.

Alabo a los que si lo hacen, y los considero animalistas, aunque sigo pensando que su dinero podría ser mejor empleado en salvar vidas humanas, por ejemplo en África. Y es quizás sea el hombre el único animal que antepone a otras especies a la suya propia. 

Dirá ésto, mucho bueno y malo sobre el hombre mismo.

Hablando de África es curioso como no hacemos simposios, ni estudios, ni importamos su sabiduría vital, su alegría y su distendida cotidianidad.

Preferimos coltán (haz clic para ver documental), diamantes, mano de obra...

Es curioso como nuestra realidad es fruto de lo que nos han enseñado, y cambiaríamos todo menos nuestra percepción de la realidad, o lo que es lo mismo, esa enseñanza impuesta.




viernes, 11 de septiembre de 2015

¿Que la vida es sufrimiento? Sí ¿y qué?

¿Que la vida es sufrimiento? Sí ¿y qué?

Hay sufrimiento en la vida, pero eso no elimina todo lo demás. 

La vida es sufrimiento y dolor, eso ya lo sabemos. Desconsiderar que la vida es también luz, sonrisas y superación no es justo ni representativo. 

La vida es como el alpinismo. La escalada es dura, pero las vistas desde la cima no tienen precio. Tampoco tiene precio la sensación de mirar atrás y ver el recorrido, lo ascendido y lo aprendido en el ascenso.

No es cuestión de madurez, no es cuestión de resistencia, no es cuestión de cuestiones, enigmas ni acertijos.

Es cuestión de aprendizaje. De aprender y enseñar a los que nos rodean que la percepción de las cosas requiere de escala, de zoom, y de práctica. 

La resiliencia se alimenta del ejercicio de relativizar según que cosas. Y se vuelve anémica rápidamente, en cuanto no trabaja.

¿Que la vida es sufrimiento? Sí ¿y qué?

Sólo después de estar sumidos en la más absoluta oscuridad, ven nuestras pupilas cualquier haz de luz rebotar entre la sombras más oscuras. Y es el contraste, el óleo mágico que engrasa la máquina de la percepción, de las vivencias, y lo único que aporta valor, con una relativa conciencia. Tranquila.

Pues nadie añora lo cercano, a nadie escama lo pasado, o sufre melancolía por el futuro. Detestamos el calor en verano, pero lo deseamos con morriña en invierno.

Por eso, sin sufrimiento ¿qué sería de la vida? Qué piedra angular, qué referencia o qué espejo donde mirarnos tendríamos. 

El sufrimiento es la unidad de medida de la felicidad, es inherente a las personas.

Tanto es así, que en la ausencia de este, las propias personas lo generan, lo recrean y fuerzan e invocan su presencia. No es malo ni patológico, simplemente es la única forma de tener referencia, medir sus procesos y cerrar los ciclos cotidianos de la felicidad.

No me dirás que no eres uno de esos, ni que no te has buscado un problema sin tenerlo, que te lo has inventado cual rebelde sin causa o que has truncado momentáneamente tu vida porque se ha roto un vaso que resbaló de tus manos. No te preocupes, resopla si quieres, y siéntete en el inframundo, es normal, es una necesidad vital, es como el yin yang, es un entrenamiento vital con un resorte instintivo, como cuando dos pequeños leones juegan a morderse para aprender a cazar.

Es necesario sufrir para ser feliz, es necesario sentir ese sufrimiento y generar el contraste necesario para sentir la felicidad. Es un recorrido cíclico. Al que hay que estar dispuesto.

Sufrir es poner la felicidad en carga.

Hagamos un experimento:

1. Llena tres urnas con agua, una en el centro con agua tibia, una a la derecha con agua helada y una a la izquierda con agua muy caliente.

2. Mete tu mano derecha en la urna de la derecha y la mano izquierda en la urna de la izquierda.

3. Manténlas ahí durante 2 minutos.

4. Transcurrido el tiempo, mete las dos manos a la vez en la urna central, la que contiene agua tibia y analiza tus sensaciones.

Cien por cien seguro; salvo enfermedad grave; en tu mano derecha sentirás calor, y en la izquierda frío. Si te dejas llevar por lo que sientes en ese momento dirías que el agua: o está fría, o está caliente y que una de tus manos no funciona muy correctamente. Aunque tu cerebro sabe racionalmente que el agua esta tibia.
Dos sensaciones reales y ninguna se acerca a la realidad. Parece que la inmediatez y la certeza no caminan de la mano ¿No?.

Cualquier realidad esta condicionada por un estado, conocimiento o aprendizaje previo, expresándolo afines al pensamiento de Ortega y Gasset. 

Lo rica que esta tu cena dependerá de lo que hayas comido previamente, de la cantidad, del tiempo que hace que no lo comías, de las veces que lo has comido y de la frecuencia con la que lo comes. Parece difícil saber realmente lo bien preparada que está tu cena ¿no?. Digamos que aunque sea perfecta, depende.

Es mucho más fácil sentirte solo cuando estás habitualmente en compañía, y es mucho más fácil sentirte acompañado cuando estás habitualmente solo.

El deporte cansa mucho más cuando no lo practicas, a veces en cuanto dejas de sentir calor, sientes frío y tu canción preferida pronto dejará de serlo si la sigues escuchando. Atendamos a las paradojas.

También sucede con el cariño.

Con el sufrimiento ocurre igual. Al final todo depende de la medida, del equilibrio, ocurre como con los personajes antagónicos. Tan opuestos son, que se definen entre sí, por exclusión.

Aborrecimiento, otro concepto interesante a la hora de percibir la realidad.

Y seguramente pese a que tu vida se derrumbre cuando te partes una uña, no lo hará cuando suene el teléfono para darte una de esas noticias tóxicas y realmente nocivas que rozan el colapso, hablemos de salud, de accidentes o de personas queridas.

Digamos que estamos a la altura de las circunstacias, aunque sea de manera incosciente. Digamos que es el sufrimiento el que narra de manera omnisciente desde donde partimos y cuanto más tengamos avanzado en este desagradable camino, más lejos podremos llegar.

Es así. A mayor sufrimiento mayor capacidad para ser feliz, menos necesidad de necesitar, y menos despistes y tropiezos hacía el auto boicot costumbrista.

Hay que educar, hay que aprender a gestionar el sufrimiento, porque nos guste más o menos, forma parte de la vida, porque da sentido a lo demás y nos ayuda a valorar y a dar valor.

Tenlo claro. Gracias al sufrimiento soy lo que soy. Sin el sufrimiento no soy más que un cúmulo de frustraciones injustificadas, sin el sufrimiento viviríamos en un desequilibrio apático, como el que vive un hijo tirano, nacido de un mal consentimiento sostenido en el tiempo, por unos padres no cualificados.

Repite conmigo:

¿Que la vida es sufrimiento? Sí ¿y qué? 





lunes, 31 de agosto de 2015

Huellas vitales.

Una huella vital es, todas y cada una de la experiencias que nos hacen plantearnos nuestra posición ante la vida, esas experiencias de las que es imposible salir sin una marca.

Una marca vital es una señal que te recuerda que los envoltorios nuevos se degradan fácilmente, y te ayuda a encontrar la belleza de los pequeños roces y desperfectos acumulados en el camino.

Una pisada. Y una tras otra que fabrican un rastro vital, una pista a los que quieren seguir tu rumbo, una estela que graba un surco en el alma, con el paso como unidad de medida y a la vez como gubia. Siendo la magnitud y el útil, la misma cosa en este caso.

Una impresión vital, algo parecido a una imprimación de la vida en los seres vivos. De calidad media, en escala de grises recuerdos, con la sombra de los indicios y el difumino de la memoria.

Una traza vital, rodada por la evocación de los estigmas y la remenbranza de las alusiones.

Una senda vital, resto del carril por el que confluyen el devenir junto a lo acontecido, colapsada por un tráfico sin tregua o suspiro.

Un tatuaje vital con tinta de cicatriz, indicio de la personalidad diferenciadora y de la necesidad de autodefinición. Tonos ocres y sanguina.

Una mención, reseñando la vida de los vivos y la muerte de muertos, sin saber de manera muy exacta que saben los unos de los otros, ni los otros de los unos, ni de Atila,

El sedimento de los vestigios del "yo", cuando sólo queda el resto y decides echarlo, decides ser "tú" y todas las huellas conforman un aura reconocible para los demás y también para ti. 

Las huellas vitales restan energía a cambio de conocimiento, parece un trueque justo, un digno intercambio. Un signo de sabiduría y anhelo.


viernes, 21 de agosto de 2015

La libertad de las lineas difusas.

Siempre encontré que la libertad y la felicidad son indisolubles. Caminan de la mano dejando un leve espacio de aire que actúe de termostato, así evitan la fusión y la fisión y que se pierda la identidad de cada palabra.

La felicidad para mí son esas lineas difusas, las que separan el arte de la magia, el trabajo del ocio, o el amor de la pasión. No saber claramente a quién quieres ni para qué, a qué te dedicas ni durante cuanto tiempo.

Desdibujo mis compartimentos más estancos como el rastro de las olas en la arena, sabes perfectamente donde están pero no donde empiezan ni donde terminan.

Esas lineas difusas me ayudan a tolerar desde la más desconocida amistad al cariño emérito, me ayudan a realmente saber mucho sobre casi nada y a mantener una buena percepción, que no apariencia.

Me encantan esas lineas difusas, llenas de aliento, con tinte de futuro añejo, esas lineas que clasifican historias según se cuenten o según se van viviendo. Esos depende que desprenden "un por supuesto que sí, si..."

Sin dos trazos iguales pero en la misma dirección, tiendo un puente a la libertad de la lineas difusas, a los claroscuros y sfumatos y a lo efímero del saco.






martes, 14 de julio de 2015

Desarraigo sostenido. A mis amigos emigrados, a la sociedad en general.

Elocuentes personajes enamorados de épocas pasadas, sin tarifa de conversión a la más actual de las realidades. Los únicos pobres, románticos y desarmados luchadores pensantes, vetados por la muralla de la distancia. Una muralla que cada día y con la escusa de la circunstancia, construyen más y más alta.

Así vivimos. Echo de menos más momentos vividos con las otras partes de mí exiliadas por la estrategia del mercado, al parecer el desarraigo, cotiza muy alto en bolsa, y preferimos la bolsa a la cesta.

Las otras partes de mí, que viven en Alemania, en Mallorca, en Suiza, Arabia Saudí, Irlanda, Escocia... claman al cielo subrayando la injusticia de ser y no poder estar. Partes de mi realidad que siento cada vez más eliminadas por menos casual casuística.

Ni siquiera la visita es justa para rehacer el puzle, pues la mayoría de las veces, la realidad que queda aquí yace dispersa, inconexa por una esclavitud de la gran mayoría que sustenta el aforamiento de algunos.

Somos pobres, pero no por pobres sino por esclavos. Esa es la realidad, somos esclavos, o neoesclavos si lo preferís. Y sin menospreciar la esclavitud histórica, la nuestra, la cotidiana crece en grados de manera exponencial cada día.

Trabajar para 55 horas semanales y cotizar 18, o que los gastos de electricidad, agua, vivienda, e impuestos supongan el 80% de tu vida y que con el otro 20% tengas que intentar comer, vivir y calzarte, son un buen ejemplo. Permítamente que me invente estos datos, seguro que entienden a lo que me refiero.

Esclavos del NO OCIO impuesto por los excesos de una impune minoría. Esclavos de este antisistema, esclavos del capitalismo, y de los poderes fácticos, políticos y financieros. Esclavos de sólo poder decidir como volver a casa antes del desahucio, andando o en bicicleta. Hablo del desahucio físico porque el moral ya hace tiempo que quedó acreditado. Esclavos de la agónica ansiedad al no disfrutar del mejor teléfono móvil del mercado, las mejores zapatillas de runnnig y la mejor casa con jardín, del mejor coche y la mejor moto. Esclavos de la necesidad, en todas sus acepciones.

Somos pobres, pero no por pobres, sino por esclavos.

Disfrutar de los sueños sin tomar decisiones rara vez los hace realidad. Y así vamos, soñando y tolerando un desarraigo sostenido por mandato ajeno. Perdiendo posiblemente lo mejor de la vida, vivirla acompañado de la gente que queremos. 


Esa es la única libertad que no puede dejar de merecer la pena.


jueves, 18 de junio de 2015

Vivir bien.

Vivir bien consiste simplemente en tener claro algunas estrategias vitales y repetírtelas a ti mismo de forma mantenida en el tiempo, hasta que formen parte de un Tantra o una especie de compañero consejo.

Yo sin más mérito que el de haber vivido lo que he vivido y aprendido lo cual, tengo los míos propios, mis pequeños Tantras que me acompañen cada día y me ayudan a construir futuro o un proyecto de presente. Los comparto si queréis, aunque necesariamente no tienen porque seros de utilidad. Lo ideal sin duda, es que cada uno se invente sus certezas, así es mucho más fácil de creer en ellas.

Suelen estar inspirados en pequeños poemas, pequeñas vivencias o en subconcientes robos a otros pensadores. La verdad, es que se convierten en insistentes cantinelas que hacen de pesado bastón para no tropezar. Algunas pueden ser de los siguientes formatos:

Si me señalas te obvio,
Perdono pero no olvido,
bosteza o suspira y te copio,
Si me odias, buen viaje
Si me amas correspondo.

La mejor manera de conocer a alguien sin duda es escucharla hablar de otra persona, siempre dirá más de sí misma que de la persona a la que describe.

Los cambios por drásticos que se presenten, suelen ser a mejor.

No puedes elegir las cosas que te van a pasar, lo que sí puedes elegir es cómo reaccionar ante ellas, nunca, absolutamente nunca, merece la pena reaccionar demasiado.

Decir lo que realmente piensas, de una manera correcta y de una forma educada es una actividad poco valorada por los demás, incluso puede llegar a resultar desagradable. Pero si la mantienes en el tiempo la gente te valorará por ello.

La mayoría de las veces el desinterés mostrado proviene de un exceso de interés anterior. Lo que me lleva a enunciar que el interés ocasiona desinterés y viceversa.

Cuando tengas dudas respecto de cómo eres y si haces lo correcto, mira a quien tienes alrededor, Si ves la compañía que te gustaría mantener sigue adelante. Por simple y lógica estadística, mantener a buenas personas junto a ti, no se consigue tratándolas de la manera equivocada. Y evidentemente viceversa.

No necesitar es la clave de la riqueza.

Seguramente faltan algunos más, pero seguramente los que están deben de estar. Cuando no tengo el mejor de los días, se plantean dudas inesperadas o circunstancias poco apetecibles, me los repito y siento el alivio de la coherencia, Y aunque siempre digo que la verdad es un estado de ánimo, hay que tener la precaución de escribir tus verdades cuando te sientes pleno, alegre y estable. Así cuando varíe tu ánimo no hará tu verdad. 

Éste, creo que es el gran secreto para reaccionar con la mejor versión de ti mismo aún sin estar en esa versión.



martes, 9 de junio de 2015

Casi soneto y los oto y los de toas partes.

No siempre el amor sale ganando,
en algunas ocasiones, lo hace la agenda,
o un despiste mantenido en el tiempo.

Las ganas se editan con carácter puntual,
los detalles se utilizan como salvoconducto
y los grandes polvos como fianza.

La esperanza sí gana, gana siempre,
aunque fracase, siempre vale la pena perder,
hasta que el viento arranque la bandera
y con un poco de suerte los himnos.

Se trata más de invertir recursos, que
de quemar cartuchos, de pescaíto frito,
Tomar conciencia antes, si es posible,
de que la conciencia de tome a tí.



martes, 2 de junio de 2015

Un mueble sin cajón.

Buscando con la intensidad del viento, arenas que barrer,
apuesta fija hacia el desierto, para no perder,
aliento al pulmón cuando resople al ver,
que no somos tu y yo, no sé quién puede ser.

Como un mueble sin cajón, jugando al guiño,
al que rebuscan los niños,
que quieren aprender, a descubrir...

Es un mando sin galón,
y sin botones, harto de confundir comparaciones,
con motivos pa' querer.

Y es que es verdad que pataleo entre algodones,
y son versos complicaciones, en los que dormir,
y que más da, no importa nada, si te sirve de almohada,
toma esta voz y la emoción...

... Como un muelle, una estación a despedida,
sabe casi a homenaje,
de lo que pudo ser y no será,

Canto a la desesperación más desmedida,
ya no se si creer,
que pueda volver, a caminar,
volver a ser, quiero crecer,
volver amar.

domingo, 31 de mayo de 2015

Casi todos los días

Casi todos los días me levanto,
casi todos los días abro una ventana
respiro el aire fresco 
e intento disfrutar de la esperanza que no está.

Tengo anhelos como todo el mundo
aunque realmente no tengo necesidades,
sobre todo me preocupa el ánimo 
que desde hace mucho afecta a mis verdades.

Aun cuando susurra me doy cuenta 
de que me quedan mis labios carnosos
inflamados a base besos rotos.
Nunca te quedas amor. Astillas maestras.

Casi todos los días me reflejo 
en las grietas de un espejo.
Mientras, como casi todos,
espero esa llamada que dejándolo igual
lo cambie todo.

Casi todos los días no sufro pero lloro,
Sin lágrimas, pero con estrías, 
de sacar y colocar la piel de lobo.

Disfrazo risas si me sonrojo,
sin mas visa que el despojo
de un lento reciclar, 
así la compré creí,
pero en realidad me estaba alquilando.

Casi todos los días descubro algo,
nuevo o viejo, un amor o un desarraigo,
de vuelta de la cima siempre es cuesta abajo,
soplo a la veleta, marchito marcho,
marco rumbo nuevo y parto.

Casi todos los días reparto
un trozo y me pregunto,
si de mí aún queda algo.







martes, 26 de mayo de 2015

El Hambre.

Hambre de ti,
de tus caricias
y suspiros rotos
que me aguardan cuando lloro
con un lento respirar.

Durmiente.

Celos del tiempo
de la huella que dejó
en los momentos
que pasaron junto a ti,
el amor y sus arrugas.

De mirarte y no verte
y de verte sin mirarte
sin saber donde buscar,
encontrarte.

Distinta, diferente.

Desteñida,

Hambre de ti,
de las plazas y los ríos,
de su lento envejecer,
seamos uno, seamos tres.

Desiguales.

De los actos hechos,
de hacer y yacer,
deshechos, de hecho
por el roce y a veces por la piel.

Desierto.

Con hambre y harto
de esquirlas, desaires
y cinchas, de guías
y patrones que seguir,
sin marineros.

Con hambre y sin ganas,
salvemos a la postre,
buscaremos donde estés.
Si estás.

Desnudo. desorientado

Desoccidentalizado.

Cruda, de la carne,
los enseres. buen trato,
a la hora de comer,
da igual si fría.
el hambre,
sigue siendo mía.






martes, 5 de mayo de 2015

Incoherencias paletizadas

Pocas cosas reconozco perfectas en la naturaleza,
poca naturalidad en los prismas,
y demasiada labor de sótano en nuestras vidas.

Nos empeñamos en guardarlo todo en cajas, ideales, cuadradas, rectangulares, apilables... Luego las llenamos de sandías o de estrellas de mar.

jueves, 30 de abril de 2015

Cosas de la edad. Crisis con la agenda vital. ¿Cómo torear desaprensivos emocionales?

¿Cuánto tiempo llevas sin sonreír?
Y ¿cuánto tiempo sin reírte a carcajadas?
¿Qué esperas encontrar desde que empezaste a hurgar y dejaste de buscar?


domingo, 8 de marzo de 2015

Errores, error es...

El error puede ser olvidar que los ojos no piensan, Los ojos hablan sin pensar lo que dicen.

El error es pasar toda tu vida y tu tiempo, intentando decir a los demás que han de hacer, mientras tus hijos hacen todo lo que tu falta de atención les permite.

sábado, 21 de febrero de 2015

Amor, política y fotografía.

El amor es una sombra en una playa desierta,
una lágrima sin sal, una noche sin tormenta.

Tan oscuro, que no se distingue las flores ni las aves,
en el horizonte todos los colores se mezclan en un círculo.

La luz a veces ciega.

El amor es frío a mitad del camino,
mujeres y hombres sin cabeza lo han derramado
a cambio de sangre, a cambio de cargar los hombros,
y vaciar su ilusión por culpa del hambre.

martes, 6 de enero de 2015

Por encima de la tristeza y de la felicidad

Por encima de la felicidad y de la tristeza. Parte de la estrategia o del secreto de la supervivencia. Una forma de ser por encima del ser, de sentir por encima del sentir y de envejecer sin miedo a crecer.
Tan aconsejable es trepar hasta la posición privilegiada, como hacerlo sin uñas ni dientes. Buscar sólo la posición ventajosa cual vigía, y si es posible, viajar.


Viajar por cada una de las calles de siempre y de "a diario", por las relaciones cotidianas, hacerlo con la curiosidad de un descubridor o un antropólogo y con el riguroso mimo de un cuaderno de bitácora. Impregnarse de cada costumbre con algo distinto, pero sin llegar al ánimo.

El alma no tiene porque entender de sentimientos nacidos de sensaciones. No tiene que exponerse al clima, ni es de guardar en un lugar fresco y seco. Ojalá se presentaran las instrucciones con el don de la vida y no con el de la experiencia.

Es simple el consejo y lo entenderás a tu manera. No importa, yo sólo soy responsable de lo que digo, no de lo que tú entiendas. Es tan sencillo...

Sólo tienes que subir un escalón para verlo. Sin barandilla, mano tendida, ni soga. Un escalón y estás por encima de la tristeza y de la felicidad. Tantos años llevo escribiendo que "la verdad es un estado de ánimo" que he conseguido creerlo.

¿Poseedor de un superíndice? Puedes pasar toda vida señalando circunstancias o: ascender y vivir. La responsabilidades a dedo sirven de poco, aún menos cuando son delegadas.

Sin ambiciones pero con sueños, impermeable pero transpirable, seguro y realizado como eterno alumno. Dispuesto a no saber, indispuesto a olvidar, exímete de ser presa y depredador de ti mismo. Y si tienes tiempo toma el sol, sal y ponle sal, que se dore el corazón, pero sobre todo se humilde y amable, te ayudará a no resbalar.

jueves, 1 de enero de 2015

Reflexion 2014 la amistad de Facebook

El otro día me quedé un buen rato pensando sobre la amistad virtual ¿o no?, sí creo que sí, en concreto en la relación real que hay con los amigos en redes sociales y demás, o casi más que en la realidad, en la calidad y/o utilidad de las mismas. Como comprenderéis no me preocupa el tema de hacerle publicidad a facebook en mi muy concurrido e influyente blog.