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jueves, 5 de noviembre de 2015

Las buenas personas

Ese concepto tan inmaculado, blanco, suave y mullido como el algodón:

- Las buenas personas.

Todo el mundo dice que escasean. Durante toda la historia del ser humano, se ha sostenido que cada vez quedan menos y que la decadencia en los valores que nos hacen verdaderamente humanos y diferentes de los animales, no tiene marcha atrás.

No creo en las buenas personas que no saben ser otra cosa, y mucho menos en las que no saben que lo son. 

Yo los llamaría inconscientes...

Ser buena persona es una decisión, y no está la altura de todo el mundo. Las personas, a veces ni siquiera pese a un elevado intelecto, escogen ser buenas. 

Hay que tener un gran altura de pensamiento para escoger la bondad a otras opciones como la comodidad, la supervivencia, o el desentendimiento.

También hay que tener un entrenamiento y alto grado de conciencia para no traspasar las barreras de la bondad hacia la autolesión, auto ninguneo y otras misiones vitales mal enfocadas.

Para mí no tiene ningún valor ser bueno porque no sabes ser malo, o porque te han adoctrinado de pequeño de tal manera que no sabes hacer el mal por ti mismo.

Todo tiene un valor, y el esfuerzo por decidir entre las opciones y escoger la más ética, forma parte del contraste necesario para distinguir una actitud de nobleza innata, de una actitud correcta.

En cualquier caso he de decir que disfruto y sufro de ser una buena persona. Y que también conozco a muchas otras buenas personas, de las "de verdad". De las que saben dejar de serlo y pese a ello se mantienen en el lado correcto por convicción.

Es muy de valorar, pues si hay algo que juega en contra de nuestro equipo es que la capacidad de contaminar personas para que sean malas, es infinitamente superior a la capacidad de contaminar personas para que decidan ser buenas.

Os admiro, me encanta de verdad teneros en el mismo bando.


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