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sábado, 20 de noviembre de 2021

Querida Alma

Querida Alma:

Lo primero que sentí al saber de ti, 
cuando todavía ni eras tú, 
fue miedo, lo reconozco. 
Sentí esa responsabilidad consciente 
que sólo los padre sienten, 
y la firme inseguridad de no saber si estaría a la altura, 
de mis exigencias y de tus necesidades, 
cosa que ahora con 10 meses que tienes, 
sigo pincelando, decidiendo y asimilando.

No sé bien porqué te escribo esto, 
pero sí que necesito escribirlo justo ahora, 
quizás la tarde se volvió reflexiva por culpa y obra de Aragón... 
O quizás ya sentía que debía haberlo hecho 
y que iba tarde, sin saberlo...

Te quiero eso está claro, 
te quiero a ti y a tu madre 
por regalárteme perfecta y sin fisuras,
 alegre y pizpireta, elocuente y dicharachera 
desde antes de hablar y caminar. 
Y tan duro es el amor que siento por ti, 
que por inflexible torna frágil, 
no vayan a ser mis temores tus metas...

No es que no confíe en no educarte bien
 para que pulverices tus fantasmas, 
ni para que te frustres con humildad, 
es que el pensar en perdérmelo, 
o en no poderte ayudar, 
me vira hacía la tristeza decrépita del: "y si".

Que sé que tienes que navegar sola, 
pero solamente cuando sea necesario 
y aunque espero tardar en perderme tus regatas, 
el regate lo hago yo al destino, 
por si el tiempo o tu entendimiento me fallasen
antes de hacerte llegar el mensaje:

"Todas las lágrimas son suficientes,
pero no tientes a la alegría.
Todas las emociones son diferentes,
ojalá sintieras la mía...

Si algún día te sientes sola,
y no estoy para recordártelo,
piensa que naciste junto a la olas,
y esas nunca cesan, 
siempre te están acompañando.

El miedo es buen compañero del ego,
y es un catalizador óptimo de las experiencias,
pero desecha cualquier herencia en este sentido,
cuida con mimo tus miedos propios, 
te mantendrán a salvo.
Elude los ajenos, los típicos
y los tópicos...

Los simbolismos no son malos,
pero sólo los que usan tu propio código,
y mejor si es el código de las buenas personas.

Recuerda que ni las banderas ni los himnos
cambian el hecho de que eres ciudadana del mundo
y de aquí nadie puede exiliarte,
eso y que te quiero, por favor,
recuérdalo siempre".

Texto revisado y consolidado a tus 32 meses y medio.














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