Buscar este blog

martes, 17 de septiembre de 2013

Contra el flamenco.


Cansado... Más que cansado harto e incluso tibiamente intolerante.

Cansado de grandes poderíos desaliñados a los que se hacen referencia. Un caudal, es solo un caudal, no hace río si no hay cauce, una voz es una voz, no un desvarío, que nunca el arte se basó en la cantidad, Al que no lo entienda que compare se me ocurre, a Chipiona y Jerez y a dos de sus poderíos vocales, bien, pues una de ellas es flamenca,  y la otra...

Cansado de arcaicos puritanismos preservados por todos aquellos que ni quieren, ni pueden aprender algo nuevo, y por además algún meticuloso curioso estudioso que "admiro". 

Muy cansado en pos de la verdad. Pues tan difícil no es de entender que el flamenco es por definición un arte vivo, una forma de expresión amalgamada y crisólica, o una forma de improvisación regladamente expresionista... 

¡Qué no hombre, qué no! El flamenco es la capacidad de transmitir un sentimiento y una forma de vivir y poco más.

Es un continuo cambio en busca del mestizaje, en busca de la sorpresa y más que de la sorpresa, de la gozosa incomprensión del oyente, es algo nuevo cada vez. Es una receta nueva con un ingrediente fijo a base de alma. 

Encorsetado moriría de locura. Pues viene de la mezcla y de la fusión, y de las aportaciones singulares, insisto, no es, viene. Lo siento, se mueve. Siempre se ha movido, y para el pesar de muchos se moverá.

Cansado del racismo, pues los sentimientos transmitidos no se diferencian por etnia, casta o abolengo. Sí se diferencian las sensaciones experimentadas, porque dependen de la cultura del emisor y de la del receptor flamenco.

Cansado del academicismo, para qué ponerle puertas al campo si el campo no tiene llave... Cansado de que haya gargantas, manos y pies a favor de la técnica y no al revés.

Cansado de la falta de academicismo, pues no habrá mayor ignorante que el que no quiera aprender, pues el artista nace con la obligación de hacerse, y el arte y las artes se prestan de herramientas y recursos para fabricarse, al igual que el poeta necesita de aprender el lenguaje y la escritura para ser poeta, las gargantas manos y pies han de tener la técnica a favor. Sólo del estudio y la devoción nace la creación. Repetición, plasticidad, ambiente, circunstancia...

Cansado de los infinitamente descontentos que basan su flamenco en jactarse, vanagloriarse, pavonearse, ufanarse, engreírse, ostentar, presumir, preciarse y alabarse a/entre ellos mismos. Los invito a lavarse... Será probablemente por inseguridad o por analfabetismo artístico o por los agravios comparativos que hacen del autorrefuerzo una necesidad. Ojana pa' qué...

*Cansado de: -" Mira esto es asin mu fasi compadre, yo esto no lo tengo que medi, porque yo esque por dentro en mi caveza lo escusho y lo ago iguá, porque yo me criao con esos tono y me los inbentao yo mismo. Si quiere te lo pongo pa que tu vasile por ahí ". A la misma vez que estalla desafinada y a destiempo una guitarra se entiende...

Cansado de la falsa humildad, cansado del mundo del flamenco y de los flamencos y no me refiero las aves migratorias de la cercana laguna de Fuentepiedra. 

Qué pena que la "guasa mala" y la "cobita" estén sustituyendo en muchas ocasiones a la sinceridad respetuosa y descontenta de la que justo acabo de hablar antes.

Cansado de estar cansado, y no hacer lo suficiente para dejar de estarlo, cansado de que al/a los flamenco/s se nos siga mirando como delincuentes, por hacer arte espontáneamente en la calle o en un bar, pues no se pretende ser profeta en la tierra pero tampoco un malhechor. Pues lo que para el resto del mundo es patrimonio universal, aquí, en casa, son gritos chabacanos y poemas chocarreros, de y para gente charra.

Y aun estando tan cansado sigo enamorado... y tengo algunos versos ocultos y otros no tanto y sigo viendo a este arte como a una musa.

Y lo digo como lo siento
no se lo que sería, si no fuera flamenco.

Flamenco por la mañana, al medio día, y por la noche
de flamenco que derroche.

Flamenco de madrugá, y de corazón caliente 
solo saben los flamencos, lo que los flamencos sienten.

Mientras me río, doy gracias como siempre a todos aquellos a los que os tengo en mente cuando escribo... y en especial a los que NO inspirasteis este texto, ni estas palabras, pues gozo de amigos flamencos, repletos de talento, curiosidad y ambrosía; profesionales atestados de flamencolía eterna que rebosan tanta humildad como para aprender un poquito cada día de tan suculento arte. Amigos y buenos aficionados que gozan de la bohemia herencia de nuestra música y a los que agradezco con el alma, contaminarme como hicieron y hacen cada vez que "echamounrratito".

Víctor Manuel Pérez Blanco, el Presopensador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario