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domingo, 28 de febrero de 2016

A mi querida Andalucía.

Me gustaría dedicarle unas palabras a los andaluces y mi proyecto de Andalucía.

Ya no puedo más, echo de menos el futuro de Andalucía, lo echo de menos con el mayor de los orgullos y confianza, porque sé que llegará.
Llegará el día en que valoremos el campo, tanto, que dejaremos de utilizarlo como moneda.

Llegará el día en que los padres prefieran estar con sus hijos, a seguir trabajando como esclavos, neoesclavos si lo preferís, ese día en el que la gente dejará de pensar en amasar dinero para cambiar sus necesidades por otras más caras, y empezará a pensar en como eliminarlas.

Por favor dejad de ser Esclavos del NO OCIO impuesto por los excesos de una impune minoría.

También llegará el día en el que los andaluces estaremos orgullosos de Andalucía más allá de los insultos de pueblos vecinos, insultos que por otra parte ni nos representan ni representan a esos pueblos.

Llegará el día en que nos daremos cuenta que después de 150 millones de años, la personas hemos vivido, crecido y evolucionado sin mercado y sin sistemas financieros, y que la ausencia de estos no nos destruye, sino que nos une. Porque la ambición suele beneficiar a una minoría tirana que poco tiene que ver con ser feliz y vivir plenos.

Sigue sin ser justo que ciudadano del mundo que llegue se quede y que el andaluz se vaya, pues a día de hoy sigue habiendo sitio para los dos, y llegará el día en el que seamos conscientes de que la sierra es más que una sierra para esquiar, que el mar es más que un mar para turistear y el que campo es más que un terreno para especular.

Si te paras un minuto sabrás que Andalucía, tiene, produce y producirá todo lo que necesita y más, y que nada más que darnos cuenta es lo que necesitamos, porque la fertilidad de sus tierras, la biodiversidad de sus mares y la luz, no las concede el banco.

Espero que llegue y pronto el día en el que el andaluz deje de repetir la broma de presentarse como flojo y gracioso, porque hay muchos sitios donde no tienen sentido del humor y se lo creen, y que ser capaz de saber vivir en armonía y con alegría no nos ha eximido de levantar imperios de esplendor, sea en nuestro territorio o donde el andaluz fuera. A ver si pronto empezamos a repetir que además de trabajar duro, nos saltamos el sueño para ser felices, compartir como en una fiesta la vida y volver a trabajar duro, porque celebrar en mi frontera nunca ha sido delegar.

Estoy seguro de que pronto también empezará a importarnos más el arte y la cultura, y menos el fútbol y el sensacionalismo y podremos enseñar a los territorios menos creativos, que el carácter importa y mucho, a la hora de ser agraciados y productivos.

Andaluces, por favor no seguid permitiendo que os roben la compañía deseada, tened libertad para elegir con quien vivir y exigir a los andaluces que se fueron que vuelvan, que los echamos de menos y estamos dispuestos a perder la vida y luchar por hacerles un hueco.



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