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jueves, 8 de agosto de 2013

Cuando la Sangre Grita

Cuando la sangre grita,
las vísceras no perdonan,
cuando la sangre grita,
ya no son vidas,
no son personas,
cuando la sangre grita.

Cuando la lengua acecha,
qué más da el árbol que no se corta,
cuando el "sentío" se pierde,
qué más da qué no se aguanta
y que se soporta.

Qué oscuros viajes
los que la razón esquiva,
qué macabros tatuajes
los que te deja la vida,
qué silvestre proceder
el que los salvajes miman,
cuando la sangre grita,
grita sin medida,
se desafina.

Cuando la sangre grita,
despierta pesadillas,
amarra con esposas
triste silla,
que ve como abrasa
lo que el corazón abraza
cuando la sangre grita.

Pero aunque la sangre grite,
digno el momento: el poema
sin gritos y mucho silencio.

4/Agosto/2013


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