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lunes, 14 de octubre de 2013

A los que dicen ser mi representantes y sólo son politicuchos de mierda.

Aviso:
Escritura algo trabada y de desagradable lectura, pesada y enrevesada, y de escasa claridad y calidad, como se merece la cuestión...

Gran camisa de once varas y "mangas anchas" las que os ocupan.

Hacéis que sienta pena profunda de los pobres e ideológicamente desdibujados militantes, pues desde la mitad justa, hacia cualquiera de los lados, manufacturáis elaboradamente: pavor, resignación y no se si más pena que asco o más asco pena (símil que habitualmente uso para condensar la más profunda de las aberrantes e indignantes impotencias) que gentilmente también vosotros me regaláis.

También me da profunda pena que este post solo aspire a ser leído por cincuenta conocidos y algún amigo, pues claro está que en esas  "mangas anchas" que os dedico como encabezado, no cabe la opinión de un español, y puesto que soy joven, pienso por mi mismo, y vuestro timón ha jodido la posibilidad de que estudie o siquiera pretenda un porvenir, aún menos supongo. Pero soy español conste, enserio, nací en España aunque os pese. Tranquilos no os agobiéis que sé que no quepo en mi país.

Soy español. Y aunque no os sorprenda y os resbale, desde hace ya bastante tiempo, me da vergüenza, repugnancia, tedio y migraña serlo. Será seguramente porque el fútbol o Rafa Nadal y sus logros deportivos, me hacen transpirar las gónadas. (Tranquilos el 99% de incultos, analfabetos y borregos doctorados en TELEcirco que os empeñáis en producir en masa, no entenderá el soez telón del párrafo).

Pues es vuestras  "mangas anchas" no queda sitio para esto que siento, ni para la sensación que comparto con cinco generaciones arriba y dos abajo. Qué más da eso, saquemos nuestro aviones y nuestros colores a festejar el día 12 de octubre, pues la infinita mediocridad del sentido común que embriaga vuestra clase sabe que para eso sí hay mangas... ups... He dicho mangas. Qué mejor que mirar al cielo para ver tirar humo coloreado y gastar queroseno.

Animo, gastad ese dinero robado para celebrar un sentimiento que os empeñáis en enterrar en estiércol cada día, ese sentimiento que pudrís en cada decisión que tomáis para/contra mi pueblo.

Pues no queda sitio, en vuestras mangas. Y por esa pequeña falta de espacio tengo que aguantar que mi madre y otras muchas, reciclen montañas de tapones almacenados en nuestras hipotecadas casas para pagar tratamientos a pobres enfermos, enfermos pobres. Tratamiento que sabemos que quitando algunos desayunos protocolarios estarían  más que pagados, no digo todos, digo algunos. No creáis que soy inhumano y de repente quiero desvalijaros todo lo nuestro que dilapidáis a vuestro antojo, no hombre no...

Pues curar, educar y producir no caben en vuestras mangas lo sé. ¿Pero de qué están anchas entonces?

No hace falta que os molestéis ya me respondo yo mismo, están anchas de mi dinero, del de mis padres y del de ahorradores, que no inversores preferentemente llamados.

Están anchas del hueco que dejan todos y cada uno de los que se han ido hartos de vuestro habituales momios, para que casualmente vuestros hijos, amigos y mercenarios reciban prebendas mil.

Anchísimas de una capacidad de gestión, que roza la época medieval, no solo por segregación sino también por la incapacidad. anchas de leyes contra las personas, no a favor de ellas.

Y anchas de burbujas, gallinas de huevos de oro, y optimismo. Optimismo regocijado en la infinita felicidad que da la inmunidad/impunidad al que roba mucho y mucho tiene, optimismo socarronamente sonriente, a los que roban poco y mucho lo pagan...

Pues pensad que siempre estarán anchas, lo estarán de hurtos y agravios. Pensad que sin comida ni educación cívica o ni sanidad antes o después vuestro pueblo os cortará los brazos y una vez lavadas y limpias de sangre, espero que metafóricamente hablando, se colocará éstas, vuestras "mangas anchas".

Persevero aunque importune. Os informo, no queremos camisas de once varas, pues ni Gibraltar, ni la pesca en Marruecos, ni la prima hermana de riesgo, ni el FMI, ni el miedo a que si no somos zombies buscando cerebros en vez justicia podemos estar peor, ni el inexistente conflicto con Cataluña/Cantalunya que queréis sembrar en nuestros corazones pueden despistarnos de que el problemas sois vosotros queridos bastardos de la democracia, corazones por cierto, de muy infértil hacienda a vuestros cultivos... 

Ni toda la sesgada, manipulada y amedrentadora información que nos hacéis bombardear, nos harán cambiar de opinión.

 No queremos camisas de once varas, queremos vuestras "mangas anchas". No para repartirlas, para quemarlas. No es de bien repartir el mal.


De: Sin ganas de amputar pero dispuesto a hacerlo...




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